jueves, 14 de agosto de 2014

Después del bullyng

¿Me llamaste?
- sí
¿Para qué me querés?
- Creo que estoy lista
¿En serio?
- Sí
Entonces, ¿Qué?
- Vamos a hacerlo
¿Sí? ¿Cómo?
Tenemos que planearlo, ¿Cuántas van a caer?
- Siete

El odio ya está en sus ojos.

¡Qué divertido!

El odio la trastornó.

- Ayudame, ¿cómo las mato? –

El odio la volvió loca.

Sí, vamos a planearlo.

Una sonrisa macabra,
el odio le dibujó.

Un ángel, del cielo, cayó.
Podía volver,
pero los demonios la atacaron.

Su visión era borrosa,
como el aire preso empaña el vidrio,
su mirar, muchas veces, se cristalizó.
.

En un rincón del cuarto
solitario,
donde no llega la luz del sol,
en ese espacio, desolado,
el ángel enloqueció.

Los demonios lograron oscurecer su corazón.

Gritaban, reían, molestaban.

En su cabeza, comenzó a sonar una canción.

Ella sola, reía;
ella sola, lloraba;
ella sola planeaba
su propia condena.

Desesperación,
venganza,
deseos equivocados,
pensamientos errados,
ansias por matar.
Más oscuridad para un ángel
que no sabía gritar.

¿Qué tenés planeado?
- Hacerlas sufrir. –
- Quiero verlas llorar; más que eso,
quiero ver el miedo, la desesperación en ellos.

Y en ese rincón del patio,
sobre las leyendas de su historia,
ella hablaba con la nada.

Cada uno de esos demonios le mintió diciéndose sus amigos;
cada uno de esos demonios, la trastornó.
 “Lo bueno es malo, es humillante” dijeron.
La llevaron a la desesperación.
La aislaron del mundo
y ella no se defendió.
Confió en esos demonios
y perdió su propio amor.

Perdió la cordura.

Sola,
hablando con nadie
planea cada muerte, cada asesinato.

Perversa y sádica,
su sonrisa.
Aprendió y perfeccionó
el arte de mentir.
Pudo ser feliz.
El tiempo le enseñó,
esa condición, fingir.

Se divierte.
Su nuevo juego,
planear siete muertes.
Con ese objetivo,
condena su suerte.

¿Empezamos?

Dije sonriendo,
–.

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