martes, 28 de octubre de 2014

¡Solo soy tu amiga!

A nadie te parecés desde que yo te amo.
Sos el único ser viviente que despertó mi corazón.

Tu corazón, latiente, fue el que me sonrió
cuando soñábamos, despiertas;
cuando vivimos el principio de un sueño.

Yo solo quise vivir,
no aspiré más que a pasar el tiempo, despierta.
Respetando la vida,
con el único sueño de no morir.

Pero vos,
llegaste,
y ¡Estabas ahí!
¡Ahí!

Y el tiempo pasó y está pasando,
y aún no puedo decirte lo que me pasa,
que me gustás.

Que desataste todos mis nudos,
desataste mis dudas,
mi confusión,
mi pena,
mi dolor.

Me desataste del tiempo,
me levanté y caminé,
porque quiero.. Seguirte.

Pero..
Soy conciente de que te rechazo;
sé que te pierdo al hablar,
sé que te alejo de lo que quiero encontrar
en vos,
¡Por qué no está!
¡Sé que no está!

No soy tu suspirar, ni tu soñar;
ni tu alegría o tu pensar,
¡Solo soy tu amiga!
Y ese es mi propio dolor.

jueves, 23 de octubre de 2014

A nadie te parecés, desde que yo te amo.

A nadie te parecés
desde que yo te amo.
Sos original,
única e irrepetible.

Y aunque pudieran repetirte,
nadie me atraería, más que vos.

Sí,
noté un  arcoíris en el rosa.

Formabas el rosa,
con un punto azul;
después, ante mis ojos, cambiaste,
eras multicolor.

Un arcoíris,
por eso lo quiero en mi cuerpo.
Te quiero a vos, en mí.
En cada lado donde esté
y a cada hora que quiera verme, verte
y recordarte en cada color de mi arcoíris.

Un arcoíris,
el primero para mí
y el único ahora.

Pero,
un arcoíris del cielo.

Por eso me voy,
porque yo estoy en la tierra;
porque yo soy la flor y vos sos la abeja,
yo vivo por mí y vos por la colmena.
Solo es tu trabajo,
y por eso,
y solo por eso,
me ves.

Cuando te vi, vi

Tu libertad me atrajo, más que lo que podía ver;
y cuando sonreíste,
mi corazón perdió,
me enamoré.

Pero después me di cuenta, que es un nunca, con vos; no un quizá.
Ya no tengo esperanza de que pierdas, también, conmigo;
y por esto, me alejo.
Se alejan mis sentimientos,
y quedo como querías..
como tu amiga.

No me desenamoré, simplemente mis sentimientos se volvieron una carga sin sentido, abandonada a la deriva.

Y ahora pienso no amarte más.
No verte más
soñando tus labios corresponderme;

Y ahora pienso callarme
que te vi libre y te amé.
Pienso callarme y olvidarlo.

Cuando te vi,
vi todo lo que no sabía,
quería.

Cuando te vi,
te vi segura y completa;
sin miedo a ser.

Cuando te vi, 
vi lo que yo soñaba de niña,
crecer sin miedo.

Cuando te vi, me enamoré.

Mi corazón perdió,
me enamoré.

Cuando te vi,
mi vida cambió,
crecí.

Cuando te vi,
vi lo que quería tener,
vi a quien quería amar.

Cuando te vi,
me enamoré.

No me habla

Supongo que soy un monstruo,
y por eso no me habla.
Que alguien dijo algo de mí
 y ella me está castigando.

Está y, quizá, me mira,
pero no me habla.
Quizá maté a alguien, y no lo sé,
o hice mal en soñarla
y no me habla.

domingo, 19 de octubre de 2014

Amarte va a matarme

Me quiero matar, cada vez que te miento ante los demás.
No me gusta, no está bien;
pero tengo miedo.
Sé que no estoy mal,
mi corazón te eligió, me enamoré.

No estoy mal,
pero te miento.
Te miento porque tengo miedo.
Tengo miedo,
no sé si el mundo está preparado para escucharlo,
no sé si el mundo me va a odiar,
o me van a condenar.

La última letra de tu nombre,
quizá la oculte por siempre al mundo,
y unos pocos la conocerán.

No estoy mal por haberte amado,
pero igual te miento,
porque no sé cómo el mundo lo va a tomar.

Y no lo sabés
porque no te lo dije,
y ahora todo se fue a la mierda,
pero te sigo queriendo.

Tengo miedo,
y cada que miento,
me duele;
porque dije que ya no iba a temer
y falté a mi palabra cuando te mentí otra vez.

Siempre busco un sinónimo que me ayude a no mentir,
a no decir tu nombre;
¡Pero ellos se van a dar cuenta!

¡Y no quiero mentir, no quiero!
Pero tengo miedo.

A este nivel de paranoia me llevás.
A sentirme perseguida por todos,
presionada a decir la verdad.

Estoy mintiéndole al mundo,
porque no soy eso que ellos creen.
Soy una ilusión óptica,
y no quiero romper el encanto.

Si te volvía a ver,
te iba a decir que te quiero.
Pero todo se fue a la mierda.
Y entonces, no hay próxima vez.

Me estoy yendo a la mierda, yo sola.
Y vos..
Yo quería besarte a vos.

Me entregaste a otro cazador,
cuando yo quería ser tu presa,
cuando yo quería tu boca...
Y me fui.

Iba a decirlo,
iba a decirte, por fin, te quiero;
pero tenías que ir con alguien.

Y en ese momento
todo fue una mierda.

Y te cagaste en mí,
porque estaba ahí por vos, que me llamaste;
y vos estabas con alguien,
y viniste cuando quisiste,
cuando me iba.

Y tenías muchas cosas que decirme,
y solo adiós, dijiste;
y solo mi remera sostuviste,
Y me dejaste ir, sintiéndome una mierda,
y una estúpida por haberte creído,
otra vez.

Me estoy sumiendo en un conjunto de teorías horribles.
Busco alguien que me salve,
pero eso me hace mierda, también.

Tu maldita libertad,
que me enamoró.

Tu maldita sonrisa.

Tu maldita seguridad
y lo que crees.
Y todo lo que te hace.
Y yo, por ser estúpida.

Un niño del cielo

Por un hilo rojo que unió a dos corazones,
yo existí.
Eso diría un poeta.
Fue un error,
no era él el otro extremo
el destino que te pertenecía, mamá.

Yo que nunca pude sentir el aire
entrar en mis pulmones,
y que dicen que eso es desesperante
la primera vez,
entiendo porque no pude estar con vos.

Pensá que nunca supe que es el odio,
y tampoco el amor,
ni ninguna otra emoción que solo los vivos sienten.

Que solo pude desarrollar una pequeña conciencia a partir de las cosas que me decías,
el tiempo que me dejaste estar en vos.
Y que a través de tus propias palabras entendí el mundo,
y lo que hacías,
y lo que hiciste.

Y ahora tus historias tienen sentido,
ahora que yo estoy acá,
sé que llorabas,
sé que era eso que siempre decías.

Y sé que seguís llorando mamá,
y sé que siempre me recordás,
y sé que siempre soñás conmigo,
a veces dormida, también;

Sé que éste día es el que más te duele,
del tiempo que existe para ustedes;
Sé cómo te duele no tenerme ahí.
Que siempre te arrepentís de haberme regalado el Cielo, a Dios.
Siempre eso decís.

Pero yo, que no se odiar o enojarme o castigar,
yo te quiero, mamá;
yo te amo.

Yo no puedo darte nada,
desde donde estoy.
Hoy, como siempre todos los años,
te amo.

Si yo amo mucho a mamá, acá,
me dice que vos podés sentirlo
y, así, tu corazón deja de sangrar.

Yo no te odio, mamá;
yo estoy esperándote.
Porque quiero conocerte de verdad.

Y todo lo que yo haga acá,
lo vas a sentir vos.

Quiero que tu corazón sienta mi alegría y mi calma
así podés estar en paz.

Ni siquiera tengo que perdonarte,
porque me regalaste toda la paz y todo el amor, como la infinidad,
de nuestro Padre;

Y una Madre
que te espera conmigo para calmar tu dolor,
y abrazarte
y darte todo el amor que yo siento.

Yo te amo, mamá;
 te amo.

Te amo mucho, mamá.

No quiero que llores más,
no quiero que te castigues más,
ni que pienses que no puedo perdonar,
porque no tengo nada que perdonarte.
Me regalaste al Cielo y a Dios;

Me convertiste en un ángel,
me salvaste del mundo, del dolor;
de la pobreza, del hambre,
de la soledad;
pero te quiero
y me duele esperarte.

Y pienso que te podés olvidar que tenes que venir para mí,
e irte, para siempre, a otro lugar
donde yo no pueda ir nunca.

¡No hagas eso, mamá!
Por favor.
No te olvides que yo te espero.
Que yo te amo.

Feliz día, mamá.
Te amo, desde el Cielo hasta la tierra, y para siempre.

Te amo.