Escribo,
</¿Quién escribe?/>
Otra vez, ¡Esa voz!
</Llora más, llora más
que a nadie le importa;
más, más profundo
que nadie ve tu sangre,
las gotas/>
Escribo,
</¿Quién, quién escribe? ¿Quién sos?/>
O al menos, eso intento.
Antes de olvidar
</¿Olvidar?
Eso es bueno.
Olvidemos tu nombre,
olvidá apagar el fuego, también./>
Quien soy,
</¿Quién sos?
¡¿Quién sos?!/>
Y que siempre quise vivir.
</¿Vivir?
¿A quién escuchás,
quién te dice que viva estás?
¡Otra vez estás hablando con él!
¡Te dije que lo olvidaras,
te dije que lo callaras!/>
Otra vez los gritos,
¡Otra vez,
y ya no los soporto!
Y ya no puedo más.
Y ya me olvidé,
¡¿A quién le prometí mi vida?!
¡¿A quién?!
Quien quiera que seas,
¡Ayúdame!
Sálvame.
</Y es que no me importa quien sea ese.
Yo te vi,
y yo te quiero.
Yo te estoy buscando,
yo te estoy matando para mí.
Y nadie va a venir./>
¿Por qué me duele el alma,
por qué del Cielo caen lágrimas?
¿Por qué todo
está ardiendo
en
llamas?
</Ven a mi,
¡Ven a mi!
¡Ven a/>
/Emma,
le juraste a mi Padre vivir/
</¡No lo escuches!
¡No/>
/Emma,
me confiaste tu alma.
Te prometí acompañarte, eternamente.
Me hiciste jurar recordarte quien sos.
Emma,
vine a salvarte.
Porque yo te escuché, y mis hermanos, también;
y mi Madre, y el hijo
y mi Padre así lo quiso./
El fuego me quema.
/Emma/
¿Yo soy
/Emma/
Emma?
/Sí./
</¡Ella es mía!/>
/No temas,
estoy acá;
como siempre y por siempre
a tu lado./
El último Grito.
No quiero morir.
/Emma,
yo soy tu Ángel
y te voy a acompañar,
eternamente.
Sea el Cielo o el Infierno
tu último destino,
a tu lado estaré siempre;
Me escojas a mi,
o al demonio que quiere tu muerte,
contigo voy a estar;
Sino me eliges,
juro sostener tu mano
y caer contigo a la oscuridad.
Como siempre alumbré los últimos rincones de tu corazón,
seré la última luz que verán tus ojos,
y que siempre recordarás;
Aun perdiendo mis alas, y a mi Padre,
contigo voy a estar.
Siempre.
Solo dime,
¿Quieres vivir,
o quieres morir?/
El fuego me está matando,
¡Estoy ardiendo en llamas!
Pero..
Quiero..
Vivir.
/No temas,
yo te protegeré.
Tu Padre te salvará./
Y desperté, y ya no habían gritos, ni voces;
solo te escuchaba nombrarme;
solo escuchaba tu voz,
solo sentía tu amor
y el cielo, que era parte de mi.
Llamándome;
y tus hermosas alas, abrasándome;
y tu divina compañía, salvarme.